Descubre Mataró, la ciudad turística más grande de la costa del Maresme. Conoce su rica historia, hallazgos arqueológicos romanos, industria textil y desarrollo moderno. Un destino ideal para viajar, a solo 30 km de Barcelona, con excelente accesibilidad y uno de los puertos marítimos más importantes de Cataluña.
Mataró es el centro administrativo y la ciudad turística más grande de la comarca del Maresme, ubicada en la provincia de Barcelona, Cataluña, España.
La ciudad está situada en la costa del Maresme, al sur de la Costa Brava, a 30 kilómetros al noreste de Barcelona.
Los orígenes de la ciudad de Mataró se remontan al asentamiento romano de Iluro (del ibérico Ilduro o del latín Iluro). En esta área se han descubierto numerosos hallazgos arqueológicos de la época romana, especialmente en la parte antigua de la ciudad, donde se conservan los cimientos de casas romanas y un baño romano (torre llauder) datado en el siglo I a.c., en la zona de Pla d’en Boet.
Se ha establecido que la carretera romana más antigua conectaba los asentamientos de Iluro y Ausa. Su construcción comenzó entre los años 120 y 110 a.c.
En 1480, el rey Fernando (Ferran el Catòlic) otorgó a la ciudad el privilegio de unirse al reino, lo que llevó a la formación definitiva del municipio de Mataró.
En el siglo XVI, Mataró era un pequeño pueblo construido alrededor de la iglesia de Santa María (l’església de Santa Maria) y la Plaça Gran, rodeado por un muro.
El crecimiento económico y demográfico hizo necesaria la construcción de una segunda muralla, incorporando nuevas tierras a la ciudad.
Las murallas de Mataró, construidas entre 1569 y 1600 por el ingeniero real Jorge de Setara, se conservan parcialmente. Se pueden ver en las zonas de Carrer Muralla dels Genovesos (recientemente restaurada), Carrer Muralla D’en Titus y Camí Ral. En la calle Carrer Hospital, en el patio de un edificio privado, se conservan los restos de una torre.
En 1742, durante la guerra de sucesión austriaca, la ciudad fue destruida.
La industrialización de Mataró comenzó en 1839 con la instalación del primer motor de vapor para una fábrica textil. Desde entonces, la industria textil se convirtió en un elemento clave de la actividad económica.
La capital del Maresme experimentó un crecimiento industrial significativo, atrayendo a numerosos inmigrantes. Esto se manifestó especialmente en las décadas de 1960 y 1970, cuando miles de inmigrantes de Murcia, Andalucía y Extremadura se asentaron en las afueras de Mataró, creando los barrios de Cerdanyola, Cirera, Rocafonda y la Llàntia. Estos barrios estaban lejos del centro de la ciudad, y los inmigrantes no tenían suficientes medios para vivir más cerca del centro.
En estos nuevos barrios, la tasa de criminalidad era alta debido a la falta de atención del ayuntamiento de Mataró y a las condiciones económicas precarias de sus habitantes.
Posteriormente, se crearon asociaciones que mejoraron las condiciones de vivienda de la población pobre.
Con la restauración de la democracia y la transición de España a una democracia parlamentaria tras la dictadura de Francisco Franco, se hizo posible mejorar la infraestructura urbana y la conexión entre los distintos barrios. En 1977 se aprobó un plan, revisado en 1993, que integró las áreas periféricas con el centro de la ciudad.
Durante los Juegos Olímpicos de Verano de 1992 en Barcelona, Mataró fue el punto de partida para las competiciones de maratón.
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